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La calma se puede entrenar. Y es fácil

El confinamiento nos pone a prueba

En estos días en casa, sin poder salir a la calle, a muchas personas les resulta difícil mantener la calma. Sin embargo la calma se puede entrenar. Y además es fácil como podrás comprobar.

Que no puedas mantenerte tranquilo es totalmente comprensible y lógico.

Ante tanta incertidumbre nuestro cerebro, que está preparado para la supervivencia, tiende a ponerse en lo peor. La situación de encierro, por sí, no es nada halagüeña. En estas circunstancias el estrés, la angustia, la depresión, la ira, la desesperación y otras emociones contractivas y desagradables acechan tras cada noticia, cada llamada, cada post, cada mensaje o comentario de las redes.  Ya lo sabemos porque le hemos vivido y lo vivimos.

Obviamente no es el mejor momento para la calma. No obstante es verdad que un poco de calma puede aliviar algo los momentos más difíciles del confinamiento. Y lo que yo te aseguro es que la calma se puede entrenar. Si bien, tampoco es el mejor momento para entrenar, sería mucho mejor si ya tuviéramos alguna experiencia anterior de meditación o entrenamiento mindfulness.

Solo necesitas cinco minutos y un temporizador para contarlos.

Con todo, te propongo una práctica muy sencilla para buscar la calma. En enero empecé a practicarla, cómo experiencia nueva, en el Centro MasVital con algunas de mis clientes. Lo hacíamos justo antes del masaje para desconectar de la situación que traían, se tranquilizaran y entraran a recibir el masaje con la atención despierta. Los comentarios tras la sesión de masaje fueron tan positivos que me he animado a compartir la practica aquí, para todos los que necesitéis un poco de calma y no sepáis cómo conseguirla.

Te aconsejo que leas todo primero y luego te pongas a ello. Ten este post a mano para cuando quieras practicar. Son solo 3-5 minutos.

La calma se puede entrenar

Práctica para entrenar la calma

Antes de nada, coge el móvil y en el temporizador del reloj prepara 3 minutos.

Siéntate en una silla, con la espalda recta (sin tensión) apoyada en el respaldo. Las piernas ligeramente separadas y los pies apoyados en el suelo.

Inicia el temporizador. Reposa antebrazos y manos sobre los muslos. Cierra los ojos. Te dices mentalmente: “Voy a hacer una ejercicio para la calma, desde lo mejor de mí y para mi mejor fin”

Mueve tu atención por tu cuerpo

Lleva tu atención a los ojos. Pon la intención de sentirlos diciéndote internamente “siento mis ojos” y estate unos instantes sintiendo con la atención enfocada en los ojos. Intenta evitar el parloteo sobre si lo estás haciendo bien o mal, estas sintiendo mucho o poco o cualquier otro dialogo. Solo te enfocas en sentir y sientas lo que sientas es correcto. Pasado unos instantes  te dices mentalmente “relajo mis ojos” y simplemente pones la intención de relajarlos y nuevamente evitas cualquier dialogo sobre el resultado. Sea como sea es perfecto. Quédate unos instantes sintiendo. Este es el proceso que vamos a repetir en varias zonas del cuerpo.

A continuación, lleva la atención a la boca y las mandíbulas. Te dices “siento mi boca” y tras unos instantes “relajo mi boca” Quédate unos instantes sintiendo.

Atención a la cara desde la frente a barbilla y de oreja a oreja. “Siento mi cara” y tras unos instantes “relajo mi cara”

El cuello. “siento el cuello”………”relajo el cuello”

Los hombros. “siento los hombros”……….”relajo los hombros”

Los 2 brazos enteros y las manos. “siento los brazo”……… “relajo los brazos”

Siente los brazos muy pesados

Quédate sintiendo el peso de los brazos sobre los muslos y te dices “siento los brazos muy pesados…………muy pesados”

Repite, de vez en cuando, “siento los brazos muy pesados…………muy pesados” puedes hacerlo varias veces hasta que suene la alarma de teléfono. Poco a poco deberías ir sintiendo los brazos más pesados.

Cuando abras los ojos y tras desconectar la alarma te frotas las manos una con la otra sintiéndolas.

A continuación frotas la cara con las manos de abajo arriba, tras unos instantes incluyes la cabeza.

Unos instantes después con una mano frotas el brazo contrario desde el hombro a la mano y luego el otro.

Termina frotando con las dos manos desde el pecho hacia abajo, el vientre y las piernas .

Observa cómo te sientes.

Lo ideal sería hacerlo 3 veces al día. Y si 3 minutos te resultan cortos aumenta a 4 ó 5, pero no más. Si quieres más repite el ejercicio hasta 5 veces al día.  Comprobarás que la calma se puede entrenar.

Estaré encantado de que me digas en los comentarios cómo te va,

Si te interesa profundizar en este entrenamiento: Infórmate aquí

Un abrazo

Roberto

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