Mi propuesta en noviembre de este inolvidable año de 2020 es ¡Hazte amigo del frio! La incertidumbre y el miedo no solo no cesan, sino que van en aumento paralelamente a los números con los que diariamente nos bombardean desde todos los medios y desde muchas conversaciones cotidianas. La amenaza de un nuevo confinamiento aparece sobre el horizonte cercano.Hay otro aspecto menos llamativo, pero que también va ganando presencia: el frio.
Según pasan los días las temperaturas van bajando y reaparece de nuevo esa sensación de enemistad con el frio. Te propongo directamente que empieces a trabajar con la sensación de frio para llegar a hacerte amigo suyo. ¿Por qué digo esto?
Necesariamente tenemos que volver al tema de los contagios. Aún sigue habiendo muchas dudas y pocas certezas sobre este virus. Sobre la forma en que se trasmite y cómo nos afecta, aunque en algo parecen estar de acuerdo la gran mayoría de expertos y es que estamos más seguros al aire libre que en interiores. Por eso se destaca como método preventivo la ventilación de las estancias. Y según avanzamos hacia el invierno la ventilación implica la entrada de frio. Empiezas a entender porque es bueno hacernos amigos del frio.
En general tenemos una mala relación con el frio. Y tiene su lógica, con él aparecen enfermedades relacionadas, como la gripe. A nivel global aumenta la mortalidad, especialmente de las personas más vulnerables como los mayores y personas con enfermedades graves. Aumentan las hospitalizaciones por causas respiratorias y cardiovasculares. Con frio extremo aumentan los riesgos de accidente laboral. Las personas que sufren la llamada pobreza energética son asimismo más vulnerables.
Tanto por el virus cómo por el frio hay que proteger a las personas más vulnerables. Eso no cabe duda.
¿Cómo hacer compatible protegernos del frio y a la vez ventilar las estancias para protegernos del virus?
Para empezar, mira si tú o alguien en tu hogar pertenece a los grupos de riesgo (enfermos graves y mayores de 65 años). Las cosas no afectan igual. Si estás, o convives con alguien, en situación vulnerable, sigue las recomendaciones del médico y de los expertos. También de tu sentido común para tener la mayor protección, evitando al máximo la posible exposición al frio y al virus.
Pero si no estás en una situación de riesgo, empieza por observar cómo es tu relación con el frio. Para ello, date cuenta de los comentarios que te surgen espontáneos. Por ejemplo: “Uy que frio hace”, “Abrígate que con este frio te vas enfermar”, etc. Proponte prestar atención, durante un día frio, a las expresiones que te surjan espontaneas.
Registra cuándo se producen, en qué situaciones y si hay algún patrón común. Observa cuál es tu emoción predominante en esos momentos y, en general, cuando hablas sobre el frio. Posterior o paralelamente, te propongo que te abras a sentir el frio sin juicio ni comentario, solo siéntelo poniendo tu atención en las sensaciones concretas de frio. Cuando te asomes al balcón, en el primer momento de salir a la calle y cuando abras la ventana para ventilar. En general, serán momentos cortos que pasarán rápido, en lugar de maldecir o quejarte siente el frescor en tu piel. Verás que la mayoría de las veces no es para tanto y además tendrás más conciencia de la cantidad de frio real que sientes.
Si quieres ir un poco más allá, exponte conscientemente por periodos breves (de 3 a 5 minutos) al frio. Saliendo al balcón sin abrigo, o quedándote frente a la ventana cuando la abras para ventilar. Aprovecha para respirar profunda y conscientemente. Al finalizar abrígate bien.
Otro momento ideal para exponerte al frio es cuando tengas algún conflicto, cuando algo te enoje o sientas malestar por algo. Dicho de otro modo, cuando se te caliente la cabeza. En esos momentos sal al frio unos minutos, siéntelo y siéntete. De nuevo, al final abrígate.
Y por supuesto, una regla de oro es reducir la temperatura del agua de la ducha, especialmente en los momentos finales.
Con esas simples recomendaciones, podrás llevarte mucho mejor con el frio, en estos tiempos raros.
¿Y para que llevarte bien con el frio? Te preguntarás. Pues bien hay múltiples razones:
– La primera, ya comentada, te resultará más fácil ventilar tu casa y tu espacio de trabajo o estudio.
– Aunque cueste creerlo, la exposición gradual y controlada al frio fortalece las defensas. Activa el sistema nervioso simpático regulando la respuesta inmunitaria.
– Mejora la capacidad cognitiva. Aporta mayor lucidez, mejora la toma de decisiones y facilita abordar tareas complejas. Las temperaturas cálidas agotan antes los recursos de nuestro cerebro.
– Quema más calorías. Con el frio el cuerpo trabaja más para mantener la temperatura corporal constante.
– Mejora el estado de ánimo, por eso te propongo salir al frio cuando tengas un mal momento.
– Reduce la inflamación, mejora la tersura de la piel, fortalece el corazón.
Todos estos beneficios son conclusiones de estudios científicos de este siglo.
De todas formas, tranquilo, en MasVital ventilamos las salas tras cada masaje, pero las aclimatamos también para que no pases frio. Seguimos reforzando las medidas de protección y para ello hemos acondicionado las salas con purificadores de aire. Nos hemos provisto de nuevos cabeceros desechables que cubren mejor la superficie de contacto con la cara.
Ya sabes que aparte de las recomendaciones y obligaciones para prevenir el contagio del virus, a nivel individual lo mejor que uno puede hacer es potenciar su sistema inmune. Al respecto puedes consultarla aquí las medidas que propongo en otro artículo.
Te recuerdo también que la restricción de los contactos y las relaciones nos afecta física, emocional y mentalmente. Los masajes ayudan notablemente en ese aspecto, más allá de aliviar el dolor y reducir el estrés. Por eso te animo a que VENGAS A RECIBIR MASAJE. Puedes reservar Aquí